
Nos encontramos una mousse bastante consistente, me agrada que la espuma no se chafe enseguida, suelo utilizar dos pulsaciones y masajear sobre el rostro, después aclarar con agua fría (caliente no se os ocurra porque el uso continuado hace que se os deshidrate y no es buena idea, lo digo por experiencia propia). No siento la piel tirante, la marca indica que es apta para pieles sensibles y así lo creo. Tiene un aroma muy agradable que le añade el punto sensorial que me gusta, muchas veces la diferencia de que una limpiadora me conquiste o no, o algo de la rutina facial en general, es que me aporte ese detalle, porque ¿a quién no le gusta un olor rico que no cargue?.
La utilizo tanto por la mañana para retirar el tratamiento nocturno, como si me he maquillado haciendo las veces de segundo paso de la limpieza, en ambos casos el resultado es muy bueno. Os hablaba de que puedo compararla con el gel micelar, considero que ambos se pueden utilizar así pero en el caso del gel me gusta más como único paso, aunque retira bien la base oleosa del desmaquillante siento que la mousse lo hace con más consistencia (apreciaciones y gustos personales). Además en la mousse sumo extras por ese punto sensorial que noto más levemente en el gel.