
– Crema de baño de caléndula: creo que hemos gastado tres envases, como no necesita aclarado fue perfecta para los primeros meses en que estábamos un tanto perdidos adaptándonos. Se trata de una crema blanquecina bastante ligera que se pone en el agua, no hace espuma, el agua adquiere un tono blanco muy ligero, limpia y deja la piel del niño muy suave. Lo bueno es que no hace falta aclarar, así el momento de salir del baño que tanto cuesta se hace más llevadero. Al menos a nuestro niño el agua le encanta pero lo de salir de ella y que le sequen siempre lo ha llevado muy mal.
Destaco que lleva óxido de zinc como antiséptico, es eficaz porque ayuda en la curación de las heridas, la irritación, y protege la piel de la humedad y la suciedad que se puede acumular en el pañal con el paso de las horas. Muchas veces aplicamos la crema en una ligera capa aunque tenga la zona bien como prevención.
– Champú y gel de ducha de caléndula: limpia sin jabón, hace una espuma bastante ligera que se aclara bien y es perfecto tanto para el cuerpo como para el cabello. Que sea un dos uno en ese aspecto nos ha gustado porque nos facilitaba las cosas, de hecho hasta hoy hemos seguido utilizando productos de ese tipo y aun no hemos probado un champú como tal. Deja el cabello limpio, suave y brillante, la piel tras el aclarado no se ve seca y lo repusimos una vez.