
Tiene una consistencia bastante ligera, me gusta agitarlo bien antes para que se mezclen los ingredientes (si no me da la impresión de que se queda la sal arriba), así que al tomarlo en la ducha hay que tener cuidado de no dejar que caiga agua dentro porque se deshace. En contra posición a esa ligereza y esa suavidad podemos apreciar los gránulos de sal, aunque lleva fina y gruesa es la segunda la que más se nota, son granitos bastante grandes pero que no resultan molestos porque no están muy concentrados. Cuando nos aclaramos veo que los granos de sal gorda caen tal cual por la bañera, no he notado que se deshagan aunque insista y tampoco me paso frotando para que no me resulte muy agresivo.
Otro detalle que me gusta de Lush es la política de reciclaje de la marca, la veis impresa en la tapa del producto, con cinco envases vacíos te entregan una mascarilla fresca de manera totalmente gratuita.