Una nueva vida y deseos de Navidad – Entre brochas y paletas | Blog de belleza

Escribo casi nerviosa haciendo parones para posar las manos sobre la barriga, esa que va creciendo poco a poco y, a la vez que crece, me hace crecer como persona por esta nueva experiencia. Cada vez se notan más los movimientos de ese pequeño que no para de avanzar y me saca sonrisas furtivas cuando le siento. Es un “¡hey! estoy aquí” al que me gusta acostumbrarme y acercar las manos de alguna gente cercana para ver sus caras al notarlo.

De pronto un día te das cuenta de que no eres tu, sino que eres una sonrisa andante con sensaciones extrañas de felicidad compartida, una sensibilidad extraordinaria y las hormonas todo el día dando palmas, presentando emoción al mínimo detalle, llorando por cualquier película de la televisión, restando importancia a cosas que antes te parecían un mundo y saboreando las verdaderamente importantes. Ese día te das cuenta de que el mundo es otro mundo, la perspectiva de las cosas cambia completamente, otros planes, otros miedos y retos por delante que superar, de los que aprender y de los que disfrutar.

¿Por qué no hacer balance del año? Esta vez me apetece.

Hemos viajado, no demasido pero si lo justo para llevarnos un buen sabor de boca, al norte y al centro (Santander, Sanabria, Segovia, Toledo…). Hemos comido, mucho y bien, el mejor batido de Oreo de la historia, mi foie favorito con mermeladas, las brochetas de pollo teriyaki del Foster’s Hollywood y muchos desayunos de café con leche o chocolate acompañados.

Superadas las 22 semanas, ¿de dónde sale tanto cariño? a veces me siento como una niña mimada porque hay circunstancias que giran entorno a mi, a nosotros y eso me gusta. No niego que me ha sorprendido mucho ver cuanta gente nos quiere, este 2015 empezó siendo un poco complicado con un susto importante de un familiar y otro con Tigre pero parece que donde existe el ying también está en yang y viceversa porque nos llega el equilibrio. 

Así que no tengo deseos de regalos, puedo decir alto y claro que ahora mismo tengo todo lo que quiero o puedo necesitar verdaderamente. Hace casi una semana anuncié en redes sociales que estoy embarazada, que seremos papás el año que viene porque un niño viene de camino. Un pequeñajo cuyo corazón late a una velocidad extraordinaria y le debe gustar bailar salsa, jugar al fútbol o quien sabe, cada vez se mueve más y con él vendrán cambios bonitos.

Este año la navidad será especial, el que viene mucho más. Tengo hasta un grinch que me ha emocionado y alguna que otra persona más que ha hecho lo propio al acordarse de nosotros. A veces te paras a pensar en la gente que no está y crees que nada será igual, pero hay que adaptarse a las nuevas reuniones, a las nuevas tradiciones, conservar otras cuantas que siempre han estado… Y te cambia el chip, la navidad vuelve a tener un brillo distinto, no tanto por la parte material sino por los momentos de compartir tiempo con las personas a las que quieres. Al final nada más nos quedarán los recuerdos y pienso llenar un saco enorme de ellos.


Siempre resalto que el blog al fin y al cabo es “vida”, varias son las ocasiones en las que he dejado caer reflexiones sobre cosas que me inquietan, que os he compartido alguna tanda de preguntas un poco más personales o que he hablado de Tigre, de mi perro, así que en esta nueva etapa, con esta nueva vida que está en camino, mis ganas de compartir pensamientos, anécdotas, sensaciones y hasta miedos se van a notar porque no pienso reprimirlas. No se la frecuencia pero de vez en cuando aparecerá esta temática en el blog bajo la etiqueta mamás y bebes que espero os guste.

Este año no podré brindar con champagne, tendré que cuidar no empacharme de dulces, pero pienso sonreír como nunca y disfrutar, no dejar de disfrutar. Espero que vosotros también lo hagáis. Unos días antes ya os dejo deseos de ¡feliz navidad!

Diana entrebrochasypaletas