
Para los ojos han sido un descubrimiento los lápices automáticos lasting drama de Maybelline, el tono verde y el azul para dar un punto de contraste en maquillajes más serios, para hacer un delineado divertido o para utilizar como sombra en crema.
El fijador de cejas de Bourjois, tono 03 Chatain, ha desbancado al de Catrice porque tiene algo más de cobertura. El aplicador es cómodo, define y fija bastante bien todos los pelitos. Y la barra de labios a la que más he recurrido, aunque quizá desde que la tengo, es plumful de Mac, un tono que por si mismo no me decía demasiado pero al tenerlo ha sido tan socorrido…
Para la hidratación del cuerpo el aceite divino de Caudalie me ha resultado muy agradable, ya casi lo tengo en las últimas y no me importaría repetir con él o con el de Nuxe, aunque ahora estoy intentando utilizar cosas aun más naturales para comparar resultados y porque no me quiero saturar con su aroma, me gusta tanto que me daría pena que me cansara a largo plazo. Indico que hay personas a las que la hidratación de este aceite en seco se les queda corta, aunque no sea mi caso, para que lo tengáis en cuenta.
El agua termal de Avene aparece una y otra vez, aunque he usado otras marcas es con la que suelo repetir, ya sea el formato de viaje o el normal. Refresca y aplicada antes de algunas bases de maquillaje hace que se trabajen mejor sobre la piel.